viernes, 10 de junio de 2011

1º TRABAJO

ALERTA DE MATRICIDIO

Hola, mi nombre es copete. Lo siguiente es para Describir lo que sucedió el día del suicidio de un gran amigo mío que por azares del destino dijo si, a algo que arrumaría su vida.
Era un día hermoso y soleado, yo caminaba por la calle central del barrio disfrutando del aroma de los restaurantes y su bella decoración. En la vuelta de la esquina, por casualidad me encontré con Juan, un viejo amigo mío ya de varios años. Vi en su cara preocupación, me acerque, lo salude y, no falto la pregunta: “¿Qué te pasa?” –dije- . El me respondió: “es algo muy complicado de entender, no sé que pueda pasar con mi vida”. Esas palabras me dieron escalofríos, el pensar que uno de mis mejores amigos tenía en peligró su vida, me asía reflexionar sobre la mía. Lo invité a uno de tantos restaurantes con la escusa de un trago por los viejos tiempos.
Al entrar al restaurante trate de hablarle del tiempo de antes y de cómo nos divertíamos de jóvenes, pero él no chisteaba, ni la mas mínima muestra de conciencia. Me dispuse a despertarlo con un golpe y al tocarlo brinco de su silla como si hubiera visto un espanto y grito: “no puede ser, hay esta mi novia”, “¿Cuál novia?” –respondí- ,” ¿Cómo que cual?, ¡esa!” -resalto-. Mire hacia atrás y vi a una mujer de porte elegante muy bien parecida, con cabello largo y sedoso de un color negro penetrante que te hacia imaginar tocando cada hebra. Se quito las gafas al terminar de bajarse del taxi y sus ojos plateados iluminaron mi mente proiviendome ver otra cosa.
Juan al verme en medio de mi letardo, solo le izo falta darme un coscorrón para regresarme en sí y me pregunto: “¿Qué carajo te ha pasado?”, y con alegría conteste: “se me cumplió el milagrito, está roto el cielo, mire ese ángel que se cayó; no me diga que esa es su novia, porque si es así lo felicito, hermano lo ¡felicito!”.
Al escuchar eso Juan me miro a los ojos y dijo: “es la de al lado”. Al mirar y detallar para saber quién era ella, me agarro el brazo y dijo: “tenemos que evitar que nos vea”. Yo me encontraba enfadado debido a que no sabía a quién le estaba huyendo, le pregunte como era, que estaba usando o que me diera tan siquiera el nombre, pero nada solo silencio.
Salimos de restaurante y por correr Juan olvido unos papeles sobre la mesa. “yo voy” -dije- . Llegue al restaurante y al verlos sobre la mesa los tome y como la curiosidad mato al gato, me sentí morir por saber que había dentro del sobre. Lo empecé a abrir lentamente para no rajar el sello y dentro había una gran cantidad de papeles, pero entre cuentas y recibos había una carta, la abrí y después de leerla me pude dar cuenta de el por qué su preocupación, el por qué correrle a su mujer, una carta de amor con palabras bonitas así como todas, pero al final una frase que conflictual a cualquiera:
-“ Juan este tiempo de novios he sido la mujer más feliz por ello deseo compartir el resto de mi vida con tigo casémonos y compartamos nuestro amor . Espero que la próxima vez que nos veamos tengas una respuesta. Esperando con mi mano en el corazón que desborda amor por ti. ATT: Catalina”
No tenia palabras, y más aun cuando vi de cuando está fechada la carta:”11/07/94.” busque un periódico para asegurarme de la fecha y no podía ser peor:”17/10/94,” el imbécil y a la había tenido esperando por !3 meses¡ y todavía no ha tenido el valor de respondería. En realidad no sabía de alguien tan cobarde, pero me sorprendió hasta donde pudo llegar Juan.
tome la carta y la puse en su estado inicial, volví a colocarle el sello y salí como si nada. Camine fuera del restaurante y empecé a buscar a Juan. Ande unas cuantas calles y no lograba verlo , me empecé a desesperar y refunfuñando al pasar un callejón escuche un sonido: ”pss, pss, copete.” Entré al callejón y a la mitad del camino él se levanto y dijo: ” córrele que nos espera el taxi.” ”Taxi”-dije -” si taxi, córrele “- respondió-. Tenía pensado decir que no iría pero el chisme estaba muy interesante y no me lo iba a perder. Nos subimos al taxi, dio la dirección de un hotel en el centro y el conductor miro para atrás y sonrió maliciosamente, al parecer se izo una mala imagen de nosotros . Bajamos del taxi y dijo:”llevo 3 meses viviendo aquí”. Recordé que ese era el tiempo transcurrido desde la carta. Entramos a la recepción, el guardia cordialmente nos saludo, Juan le pidió la llave de la habitación y empezamos a subir, fue una larga subida ya que él vivía en el 5º piso. Llegamos a su cuarto y me dijo:”sírvete lo que quieras, estás en tu casa”.”¿Qué vas a hacer?”-pregunte-, “entrare al baño, no me tardo”-respondió-. Me senté en una de las sillas alrededor de la mesa y me dedique a esperar.
Pasaron los minutos y me preguntaba porque tardaba tanto. Mire el reloj en mi mano y ya hacia 20min de que el entro al baño. Me acerque al baño y lo llame al no obtener respuesta me arroje al piso mire bajo la puerta para ver si se encontraba bien, pero no vi nada, sólo estaba su celular y una hoja de papel. Se me hizo muy extraño y decidí abrir la puerta, la abrí lentamente por si acaso estaba, y al terminar de abrirla. Lo impensable. El cuerpo se me entumeció, mientras expulsaba un sudor frio y un escalofrió me recorría el espinazo. Mi cuerpo perdió toda su fuerza y el temblor en mis piernas me hizo dar 3 pasos atrás. Di media vuelta y con el ardor en los ojos me vi obligado a vomitar por el horror y la impresión. Volví a voltear creyendo que solo lo había imaginado, pero no, era cierto, el ver colgado del techo el cuerpo de mi amigo Juan, el mismo que solo hace minutos estaba hablando con migo, me destrozo el corazón. Se me vinieron las lágrimas acompañadas de recuerdos de toda la vida y me preguntaba: ¿Por qué no pidió consejo?, ¿Qué lo pudo impulsar a esa solución? El vibrar del celular en el piso me hizo regresar al mundo real. Me sentí muy mal al ver que tenía que ingresar al baño para recogerlo del piso. Fui, lo recogí con cautela y al mirarlo medí cuenta de que lo había hecho sonar. Un mensaje de texto. El contenido decía: -“ya voy para allá, me alegra que al fin te hallas decidido, tardare poco para llegar. Te amo. ATT: Cata”
Me vi envuelto en la incertidumbre y me entro una ira que me izo gritar: “¡NO!, Catalina no puede venir”, pero cuando iba a salir del baño, pise la hoja de papel, p no era cualquier hoja era una carta, la tome y no podía creer lo que decía:
-“lo lamento mucho Copete, se lo que estás viendo y viviendo en este momento, es muy doloroso para ti y ha hecho que mil dudas laceren tu ser y desgarren tu mente, y no te preocupes, se que ya sabes de la carta que me envió Cata meses atrás declarando sus sentimientos y deseos. Si te preguntas cuando carajo le responderé, descuida, ya lo hice antes de escribir esta carta. Fue el si mas difícil de mi vida. Cuando se lo dije parece no haberle molestado que allá sido por teléfono. Sé que en este momento ya viste el resultado de mi cobardía pero no encontré otra salida a mi miedo al matrimonio, pero vele el lado positivo ella dejo de esperar y le cumplí el deseó XD. Gracias por todo. Juan”
Apreté la carta en mi mano y salí corriendo por las escaleras para informar de lo sucedido antes de que llegara Cata, pero lo que yo no sabía era que ella ya estaba esperando en la recepción que el guardia la dejara pasar. Al verla parada en la recepción me di cuenta de que Juan me había mentido, la dama del taxi si era su prometida. Trate de devolverme pero ya me había visto y grito: “oye, espera. Tu eres el amigo de Juan ¿cierto? ¿Sabes algo de él?”. Me quede sin palabras y solo me salieron las que no debía decir: “está MUERTO”. Ella me miro se y con un acento burlón se dirigió a mí: “no bromees, ¿dónde está?”. Baje la frente y le respondí prácticamente con un murmullo:”en su habitación”. Empezó a subir las escaleras y el guardia intento detenerla pero solo consiguió alterarla aun más. Empezó a correr llegando al 3º y continuo así hasta la habitación. Yo había tomado el atrevimiento de cerrar la puerta cuando salí, así que ella empezó a tocarla, primero suave y lo llamaba –“Juan”-, después debido a que se empezaba a preocupar golpeaba cada ves más fuertemente y sus llamados se transformaban en gritos. Cada segundo se me hacia eterno. Al transcurso de un minuto. Apareció el guardia que al parecer se había tomado su tiempo para subir las escaleras. Cata lo abordo insistiéndole que abriera la puerta, golpeándolo, arañándolo y gritándolo. Naturalmente el guardia cedió. Saco de entre su chaqueta el llavero del hotel, quede sorprendido por la canti9dad tan impresionante y la naturalidad con las que las manejaba. Daba a conocer que las conocía a todas y lo que abrían. Mientras el guardia buscaba en el llavero vi en la cara de Catalina cierto aire de miedo, no podía verla a los ojos sin sentir miedo también.
Solo pudo romper el silencio el sonido de las llaves pasando por el ojal de la puerta, me di cuenta de que había llegado el momento, todo se sabría. Podía escuchar cada una de las ranuras de la llave encajarse lenta pero segura en las muecas del cerrojo. De repente. Sucedió. La puerta estaba abierta. Se podía sentir una atmosfera aterradora y un silencio de muerte mientras Cata entraba airosa de saber donde estaba Juan, sobraba la sala, reviso la cocina, las habitaciones, pero no lo hallaba. En ese momento fue que ella noto que el celular sonaba y guiada por el sonido dio con la puerta del baño, se acercó lentamente, tomo la perilla y girándola volvía a sonar el celular. De reacción la abrió de inmediato y al ver hacia arriba sencillamente se quedo quieta, pasmada, detenida en el instante. Su piel lentamente se destiño hasta quedar del color de un papel, sus ojos se palidecieron y sus pupilas se dilataron. Se encontraba en shock. Lentamente cada parte de su cuerpo empezó a temblar de poco en poco, primero un dedo, luego la mano, mas tarde el brazo completo le temblaba. Y cuando el temblor llego a su cara sus ojos mostraban contracciones en forma de tics causando que de entre sus parpados brotara un rio de lagrimas que parecía no notar, caían al piso cual lluvia salina mientras que su fuente enfocaba aquello que ella consideraba la luz de su vida, la razón de su existir.
Al verle en ese estado tan deprimente, sentí la obligación de consolarla y decidido me acerque a su cuerpo empalidecido cuyo rostro se encontraba empapado de lagrimas, pero con la pregunta que me rodeaba -¿Por qué no estaban acompañadas con llanto?-. No le preste importancia y me dispuse a tocarla. Puse mi mano sobre su hombro y en el preciso instante en el que puse mi mano se desplomo en el piso y empezó a surgir el llanto, un llanto tan triste que me aguo los ojos. Yo la observaba en el piso y trataba de levantarla pero ella no se ayudaba en lo mas mínimo. No decía nada y sus ojos solo mostraban una mirada perdida acompañada por las lágrimas que no dejaban de brotar.
Ya que no podía razonar con ella debido a el letardo en el que se encontraba decidí sentarme a su lado, llame al guardia y le dije que llamara a la policía. No tuvo interrogante alguna. Como era de esperarse la policía me arresto por precaución y tuvieron que llevar cargada a Cata debido a que se hallaba fuera de sí.
Ya son 3 años desde el suceso todos los domingos lo voy a visitar al cementerio después de visitar a Cata. Es duro verla así pero ya me acostumbre. Ella perdió el deseo de hablar, come por instinto y parece no oír ni sentir nada, en el hospital no prometen nada y su mirada muestra un vacio sin consuelo. No pienso dejarla sola en el hospital psiquiátrico después de todo soy lo único que tiene. Durante estos tres años he analizado lo sucedido ese fatídico día y pude llegar a comprender que él no era que le tuviera miedo a ella, más bien a lo que no sabía de ella, a lo que desconocía de la vida, el nunca había estado casado y el miedo de no saber lo que era su fobia lo domino y no pudo encontrar otra salida. Pobre, ojala no se hubiera quedado callado. Lo pude haber ayudado.

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